El Visual Thinking o, en su traducción en español, Pensamiento Visual (P.V.) es una metodología de trabajo orientada a facilitar la expresión de ideas, comunicación de conceptos complejos y resolución de problemas mediante la utilización de la capacidad, innata en todos nosotros, de pensar visualmente.
Somos una computadora diseñada para procesar imágenes:
El proceso de Pensamiento Visual consta de 4 fases principales: 1) Mirar: primero vemos la realidad, fijándonos en sus diferentes elementos. 2) Ver: observamos las relaciones entre ellos, las memorizamos, aprendiendo cuáles son y cómo se comportan en su escenario. 3) Imaginar: Pensamos en opciones, objetos y situaciones similares, creando rápidamente conexiones mentales e imaginando nuevos escenarios. 4) Mostrar: comunicamos al mundo nuestro pensamiento, sintetizando en imágenes.
En el ámbito profesional la utilización del P.V. es especialmente útil en situaciones complejas y en las que, en general, la creatividad juega un papel importante. Por ejemplo, la fase inicial de cualquier proyecto requiere de tareas intensas de planificación y diseño, para lo cual se hace indispensable el análisis y comprensión de una gran cantidad de información, de sus variables y de sus interconexiones. Cuanto mejor entendamos el problema mejor podremos definir el producto que lo cubrirá.
Un claro exponente de la aplicación de herramientas de P.V. en el mundo de la empresa es Alexander Osterwalder, uno de los creadores del conocidísimo Canvas de Modelo de Negocio. Este “canvas” es utilizado por millones de emprendedores en todo el mundo para sintetizar en una sola página y de un vistazo todos los elementos clave del funcionamiento de su empresa.
Hoy en día existen múltiples herramientas de P.V.: juguetes, plantillas gráficas, o el conocido “LEGO Serious Play”. No obstante, personalmente el que más me gusta y recomiendo siempre por su sencillez y accesibilidad es el dibujo: ¡solo es necesario papel y lápiz y puedes llevarlo a todas partes! El uso de dibujos y gráficos (charts) simples es uno de los recursos más útiles del P.V. aplicados a la resolución de problemas o toma de decisión en la empresa. Su éxito radica en que son universales, accesibles a todo el mundo y fomentan la participación y el trabajo en equipo (crucial en sesiones de brainstorming). Un referente clave en el uso de estos recursos es Dan Roam, autor del popular libro La Clave es la Servilleta en el que descubrimos que toda sesión de P.V. puede desarrollarse exclusivamente usando 6 formas básicas (que cubren de forma visual los clásicos “quien/que”, “cuánto”, “dónde, “cuándo”, “cómo”, y “por qué”):
Utilizar este tipo de herramientas nos permite liberar el potencial de nuestro P.V. En concreto, y en el mundo de la empresa, nos ayuda a desarrollar mejoras en, al menos, 3 áreas principales:
Dibujar mientras tus compañeros te escuchan ayuda a involucrarlos y a activar su proceso de P.V. para comprender ideas complejas y aportar visiones diferentes, creativas. Además, debido a la mayor activación de sus sentidos durante el proceso, el mensaje perdura en el tiempo, favorece la creación de recuerdos asociados a ese proceso.
En definitiva, el Pensamiento Visual es una potente herramienta para activar la creatividad e imaginación de uno mismo y de nuestros equipos humanos. En el ámbito de la empresa, su correcta utilización aporta grandes beneficios en cualquier fase y proyecto. ¡Animémonos a dibujar, despertemos nuestra capacidad de pensar visualmente!
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